“Fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza” fue la misión que se le dio a la academia en 1714.
No es su misión actual, de acuerdo con sus estatutos. Más aún, los estudios y las publicaciones de la Academia hace tiempo que tienden a abandonar lo prescriptivo y orientarse más hacia lo descriptivo y lo funcional.
Actualizar el DRAE es una tarea compleja y larga. Pero, se están moviendo. Lo importante es que los académicos suelen advertir de las limitaciones del DRAE y recomendar la consulta de otros diccionarios.
Hace falta que los usuarios abandonen viejos prejuicios en contra de las academias.
No es culpa de la academia que los hablantes le hayamos dado una carga peyorativa a la palabra “poetisa”. Yo diría que es culpa de las “poetisas”.